viernes, 23 de marzo de 2018

JUNTO A LA CRUZ

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Hola a todos.

Y muy feliz día de nuestra Madre Dolorosa.

Junto a la Cruz de Jesús estaba su Madre.

Junto a ella. Sin escapar del dolor que sentía. Sin huir del dolor de su Hijo. Mirándole, animándole, dándole confianza.


Así estuvo Madre Dolores. Junto a las cruces de quienes en su tiempo estuvieron en ella.

Primero fue su madre, y luego su padre, a quien no dejó en ningún momento.

Después su hermana, que padeció una enfermedad que la dejó inválida. Y continuó con el cuidado de sus tíos hasta su muerte.

Junto a las cruces, sin huir, animando, cuidando, mimando como María a Jesús.

Y, cuando pensaba que iba a "descansar", Dios puso otros "Cristos" en su camino. Otras personas que, como Jesús, eran "despreciables, desecho de hombre, varón de dolores, ante quien se oculta el rostro". Pero lo eran en femenino: "despreciables, desechos de mujeres, mujeres sufrientes ante quienes la sociedad ocultaba el rostro".

Y allí, junto a sus cruces, estuvo Madre Dolores. De pie, sin mirar a otro lado, sin esconderse ni temer que a ella también le negaran el saludo o le llamaran de todo.

Intentando hacer lo posible por "rescatar" de sus cruces a los crucificados; y si no se puede, al menos sin abandonarlos a su suerte; acompañándolos en silencio; escuchando sus quejidos y orando por ellos y junto a ellos.

Imitando a María Dolorosa, cuyo nombre llevaba.

Una imitación a la que, como Filipenses Hijas e Hijos de María Dolorosa, estamos todos llamados.

Porque, en nuestras vidas diarias también nos rodean los crucificados. No hace falta irse muy lejos a buscarlos: la enfermedad de un familiar, un hijo que pasa por dificultades, problemas laborales que, a lo mejor, no son nuestros, pero que afectan a quienes tenemos cerca.

También puede ser alguna persona que conocemos en el trabajo y que parece "perdida" sin saber dónde acudir. Porque en una sociedad como la nuestra, en la que los medios de comunicación social nos invitan a "compartir" y a "aplaudir", o decir "me gusta"; es difícil compartir la dificultad, la pena, el sufrimiento.

¿Quién va a poner en su página de Facebook que está sufriendo por algo?, ¿quién le va a poner un "me gusta"?

Y si alguien lo pone será porque ya no es sufrimiento, sino rabia. ¡Qué fácil es expresar la rabia y el enfado en las redes sociales!, y ¡qué poco pensamos en el daño que podemos hacer expresándonos así, que la mayoría de las veces es en tonos ofensivos!

Y, si la persona a la que ofendemos no lo ve, estamos haciendo daño a los que lo leen.

Últimamente suelo ver por estos medios reacciones agresivas incluso en personas católicas; qué poco ejemplo damos, a veces, simplemente por "reenviar" mensajes que, podemos leer y hasta estar, en alguna medida, de acuerdo; pero que, como cristianos, debemos convertir en oración por la persona que hace mal, aunque nos lo haga a nosotros.


Eso fue lo que enseñó Jesús. Eso fue lo que hizo María al pie de la Cruz.

¿Os imagináis a María al pie de la Cruz gritando en contra del emperador, o de los sumos sacerdotes?

Habría tenido derecho.

También lo habría tenido Jesús.

Pero no nos querían enseñar eso.

Devolver bien por mal. Orar por los que os persiguen. Poner la otra mejilla...

Nuestras constituciones, el espíritu que todos nosotros compartimos, nos pide "acoger en nuestro corazón incluso los deshechos de una humanidad rota".

A veces podremos hacer algo. Otras no. Pero lo que estamos llamados a hacer siempre es acompañar. Estar junto, no abandonar.

Porque si la presencia de María al pie de la Cruz libró a Cristo de la tentación de la desesperación y le ayudó a poder decir "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu"; nuestra presencia puede ayudar a quienes nos rodean a decir lo mismo, a convertir sufrimiento en liberación. Porque se descubra que lo radical no es el sufrimiento, es el amor.

Y si damos amor a quien está a nuestro lado, ese amor liberará. No quitará el dolor, pero liberará de la esclavitud del dolor.

Es el misterio del Amor.

Es el misterio de la Cruz.

Es el misterio de la Corredención.

Miremos a María junto a la cruz cuando veamos a alguien en la cruz.

Miremos a Madre Dolores junto a la cruz cuando queramos imitar a María y no sintamos en nosotros la fuerza. Porque si Madre Dolores encontró, como le dijo a ella el Padre Tejero, en ella la luz, la imitación, el consuelo y la fortaleza. Nosotros, mirando a Madre Dolores y a María, podremos encontrar también la luz que nos guíe, la imitación que nos empuje y la fortaleza que nos sostenga.

Con la canción de hoy, titulada "La fe de María", de Son By Four, os invito a elevar vuestra oración al Señor para que, como María, como Madre Dolores, seamos capaces de amar por encima de nuestras comodidades y gustos.



¿Qué hubiese pasado si ella hubiese dicho que no,
o ignorado, o dilatado el anuncio de tu ángel de amor?
En cambio creyó en Tu Palabra y se hizo tu esclava en un acto perfecto y de fe.
Y hoy quiero ser como ella y amarte, aunque fueran las espinas y el camino de la cruz.

Dame la fe, Señor, la fe de María; para decirte sí. ¡Oh, sí!, un sí sin medidas.
Dame la fe, Señor, la fe de María; para renunciar a mí y entregarte mi vida.

Aunque traspasaron con una espada su corazón
Y su alma lloró el dolor de tus heridas; a los pies del madero se quedó
y hoy ella es nuestra Reina y Señora; y Tú nos incorporas a tu eterna familia de amor.
Y yo, en tu amor quiero permanecer, postrado a tus pies. Es lo único que un día llevaré.

Dame la fe, Señor, la fe de María; para decirte sí. ¡Oh, sí!, un sí sin medidas.
Dame la fe, Señor, la fe de María; para renunciar a mí y entregarte mi vida.

Que tengáis muy feliz día de María Dolorosa y feliz Semana Santa.

sábado, 3 de marzo de 2018

¿A QUIÉN QUIERO AGRADAR?



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Hola a todos:

El día tres de febrero inauguramos, con una solemne eucaristía, la celebración del Bicentenario del nacimiento de nuestra Fundadora, Dolores Márquez. Si en la celebración del centenario de su muerte aprovechábamos para recordar su deseo de ser toda de Dios, este día recordábamos que ella decía que el predominante deseo de toda su vida, y toda su aspiración era "agradar a Dios".

Primero fue en ella el querer ser grata para Dios, y posteriormente, cuando su conciencia sobre su ser de criatura fue creciendo, se dio cuenta de que sólo sería feliz si se dejaba poseer por Dios. Un paso lógico en un alma abierta a la presencia absoluta de Dios en su vida y en su realidad diaria.

No fue la vida de Madre Dolores un camino de rosas; pues ya desde su infancia tuvo que pasar por situaciones difíciles y coyunturas en las que la elección no era sencilla. Como cuando aquel joven la pretendía y cuando su padre le dijo que no le convenía, fue valiente y obedeció al padre. O, cuando eligió quedarse soltera y cuidar a su hermana pequeña; o  cuando, a la muerte de su hermana, decide seguir en el pueblo con sus tíos.

Pero elecciones así no son fáciles; estas son generalmente cosas que quedan en el silencio, ocultas; por las que nadie nos va a aplaudir. Son las decisiones que en las redes sociales serían tachadas de "tontas". ¿Cuántas veces no hemos oído decir: "mira que no ir al viaje sólo porque..."?, "pues ahora todos lo hacen, ¿por qué tú vas a ser menos?"

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Deseo imitar a la Virgen, cuyo nombre llevo. (Madre Dolores).

¡Qué fácil nos resulta juzgar las decisiones de los demás sin saber la intención que les mueve!

¡Qué fácil hacer lo que los demás, aunque algo nos diga en el fondo que no está bien!

Y, ¡qué fácil parece todo en los medios de comunicación! Sólo hay que elegir mirando el propio ombligo. Ya hasta tiene nombre: "¡Practica el yoismo!" Primero yo, después yo, y si queda algo, me lo pido. ¡Así de sencillo!

Recuerdo una ocasión en que una persona conocida mía se encontró sola con sus hijos tras un accidente de coche. Me contaba que no sabía qué tenía que hacer, pero que en esto se acordó de que siempre había tenido a la Virgen por modelo; y entonces se preguntó: "¿Qué haría la Virgen si le hubiera pasado esto?". Me dijo que, a partir de ese momento no tuvo más dudas, ya todo fue sencillo.
No recuerdo qué fue lo que hizo; pero sí la cara de satisfacción y tranquilidad que se le puso.

Pero, para nosotros hoy es bastante difícil encontrar un modelo. Y, por desgracia, casi nunca lo buscamos en Dios, o en la Virgen o los santos. Ahora tenemos otros modelos: los que tienen más seguidores en facebook, o los que "arrasan" en youtube, o los que son "políticamente correctos".

En tiempos de Madre Dolores también había modelos de este estilo; y más para ella, que se movía entre los miembros de la clase social alta, la "jet" del siglo XIX.

Pero ella eligió a la Virgen, "a la que deseaba imitar y cuyo nombre llevaba".

Eligió agradar a Dios, no a los hombres.

No estoy juzgando a los que eligen según la forma de ver del mundo; estoy diciendo que es difícil no hacerlo. Sobre todo, porque casi siempre que elegimos en clave evangélica nadie se entera, no salimos en las noticias, no somos importantes; más bien al contrario, incluso si lo queremos contar tenemos que decir: "¡No, si la tonta fui yo, que me quedé sin viaje!", o "Es que yo siempre soy el bobo que cargo con todo; y mientras los demás divirtiéndose".

Es que no nos atrevemos a decir las palabras verdaderas: "¡No!, si la generosa fuiste tú, que hiciste el favor a los demás para que pudieran hacer el viaje sin preocupaciones"; "Es que tú siempre eres el servicial que no buscas paga por ayudar a los demás".

No digo que nunca vayamos al viaje, ni que siempre seamos los que lo hacen todo. ¡No!, no se trata de eso; se trata de que cuando elijamos tengamos la libertad de hacerlo, y elijamos lo que realmente nos convierte en la persona que siempre hemos querido ser.

Eso fue lo que hizo Dolores Márquez. Eligió cómo quería ser, y paso a paso, día a día, año a año y en cada momento, fue dueña de sus elecciones; porque tenía claro que si quería responder a la imagen de persona en la que quería convertirse, unas decisiones agradarían a los demás, y otras no. Pero siempre quiso elegir las decisiones que agradaran a Dios; con quien iba a pasar más tiempo, en la tierra y después de su muerte.

Y eso es lo que hace que hoy, doscientos años después, la Iglesia la haya aceptado como modelo de comportamiento cristiano. Como modelo de vida que, ciertamente, lleva a la VIDA (con mayúsculas).

¡Claro que eso no hace más fácil para nosotros tomar decisiones!, pero debemos saber que, si ella, que era como nosotros, pudo con la ayuda de Dios. ¿Por qué Dios nos va negar a nosotros su ayuda?

Confiemos y pidamos a Dios su ayuda. Así podremos obrar según nuestro corazón y nuestra conciencia, y no nos inundará la tristeza que viene de saber que no estoy haciendo lo que quiero sino lo que me impone la sociedad.

Y, como es difícil sustraerse de tantas exigencias como nos impone la sociedad y los medios de comunicación, con la canción de hoy os invito a pedir a Dios su ayuda y que nos haga fieles. Fieles, en primer lugar a nosotros mismos y, en consecuencia también a Él y a nuestros hermanos. Puede recordarnos esta canción ese deseo y esa necesidad que nuestra alma tiene de Dios, para agradarle a Él como nuestra Fundadora, para estar agusto con nosotros mismos y, ¿por qué no?, también para que nuestros hermanos se sientan bien con nosotros. La canta Maite López en su disco "Amarás", y se titula "Fieles".

Haznos fieles a ti,
fieles a tu palabra,
fieles a tu voz,
Imagen relacionada
Reloj de Sol y Brújula
a tu voluntad,
fieles a tu evangelio,
a la buena noticia,
haznos fieles como eres tú.

Fieles, fieles,
cuando es de día
y de noche también.
Fieles, fieles,
a tu lado, contigo, por ti, para ti.

Haznos fieles al sur,
fieles a los pequeños,
fieles en la lucha
por un mundo mejor.
Fieles a los pobres,
a los excluidos,
Haznos fieles como eres tú.

Fieles, fieles,
cuando es de día
y de noche también.
Fieles, fieles,
a tu lado, contigo, por ti, para ti.
En la calma y en la tempestad.

Haznos fieles al pan,
fieles a tu cuerpo,
fieles a este vino,
a la comunión.
Fieles sin complejos,
fieles apasionados.
Haznos fieles como eres tú.

Fieles, fieles,
cuando es de día
y de noche también.
Fieles, fieles,
a tu lado, contigo, por ti, para ti.
En la calma y en la tempestad.

¡Feliz mes de marzo a todos!