domingo, 10 de julio de 2016

Siete demonios

(Escucha este episodio en nuestro Podcast "En clave de Fi")

Hola a todos y todas:

El día 22 de julio celebramos la festividad de Santa María Magdalena, que ya es fiesta para toda la Iglesia por decisión del Papa Francisco, ya que ella fue la primera anunciadora de la resurrección del Señor.

El 22 de julio tuvo su origen nuestra familia en una pequeñísima casa del barrio de Santa Cruz, en el centro de Sevilla. Allí llevó el Padre Tejero la primera joven que Rosario Muñoz Ortíz iba a acoger, como una madre, para que pudiera salir de las redes de la prostitución.

Casa de la calle Jamerdana donde se inició nuestra Congregación.
Eligieron esta fecha porque María Magdalena es modelo de arrepentimiento y de cambio de vida después de que el Señor echara de ella siete demonios, según nos cuentan los evangelios.

Y, ¿qué significa que Jesús expulsó siete demonios? Ya sabéis que siete es el número que simboliza la totalidad en la biblia. Siete demonios son todos los demonios. A María Magdalena no le quedó ningún demonio dentro. Por eso no aparece casi en los evangelios, sólo para decir que seguía a Jesús, que le atendía con sus bienes, que estaba al lado de María al pie de la Cruz, que fue la primera en acudir al sepulcro en cuanto se pudo (el domingo por la mañana) para limpiar y amortajar en condiciones el cuerpo del Señor, que fue la primera a la que se le apareció el Señor y la primera encargada de anunciar la buena noticia de la resurrección a los mismos apóstoles.

Siete demonios. No le quedó ninguno, y ella eligió el partido del Señor para siempre.

No como Pedro, que a cada rato volvía a meter la pata y tenía que pedir perdón al Señor.

María Magdalena fue lo más parecido a María la Virgen. Se convirtió y no volvió a pecar porque no quedaba en ella ningún demonio.

Nosotros nos parecemos un poco más a Pedro, el Señor nos da la gracia una y otra vez, y nosotros volvemos a fallarle una y otra vez. Porque siempre nos queda algún "demonio" dentro.

¿Cuántos demonios me quedan a mí?, ¿cuántos he conseguido expulsar con la gracia?

"Se me llevan los demonios" reza una frase que decimos a menudo. "Se me llevan los demonios".

¡Cuántas veces se me llevan los demonios!, cuántas veces no soy capaz de seguir a Jesús, cuántas veces, como Pedro, saco mi espada para herir al criado, al que está por debajo de mí, porque al que está por encima no me atrevo...

Pero María Magdalena no, ella se convirtió de una vez para siempre, ¡qué envidia!


María Magdalena de Guido Reni

Por eso el Padre Tejero la eligió como protectora de nuestra primera Casa, para que las jóvenes pudieran agarrarse a ella cuando se sintieran incapaces, débiles. Para que los y las que participamos de la obra de acogida a los más débiles la tengamos cerca cuando nos sintamos desfallecer y pensamos que la obra de educación, la obra de reeducación, la obra de ser buenos cristianos es imposible. ¡Si ella pudo...!, si ella se dejó convertir, si ella se dejó amar, si ella se dejó perdonar, ¡si ella pudo...!
Nosotros también podremos, nuestros niños, niñas y jóvenes también podrán. Y si no como ella, como San Pedro, día a día, caída a caída, demonio a demonio iremos convirtiéndonos, acercándonos y pareciéndonos cada vez más al Padre misericordioso al que Jesús nos invita a imitar.

Si María de Nazaret en su concepción inmaculada es la prueba de que la salvación de Dios puede ser real en el ser humano, María Magdalena es la demostración de que siempre hay esperanza para nosotros. Ella tenía siete demonios, estaba completamente endemoniada, y Jesús la salvó. Nosotros, por lo general, no tenemos demonios grandes, sólo demonios pequeñitos, pero muy pesados; así que podemos confiar en que Jesús puede echarlos de nosotros.

Pidámosle a Jesús, como las jóvenes que entraban en la primera Casa de la calle Jamerdana, que eche de nosotros todos los "diablos que se nos llevan", para que podamos ir ganando la batalla día a día, caída a caída, demonio a demonio.

Para ello contamos con una gran protectora, que sabe de pecados y de demonios, y que quiere que todos los discípulos escuchen la buena noticia de la Resurrección del Señor. Ella nos dice: "Si yo pude, tú también puedes, ten ánimo, sé valiente, confía en el Señor".

Confiemos en la intercesión de María Magdalena, patrona de arrepentidos, y amemos mucho, porque al que mucho ama... ¡Mucho se le perdona!

Miremos hacia ella cuando nos sintamos débiles, y apoyémonos en su brazo.

La canción de hoy se llama "Sin tu misericordia" de Fran en su disco "Con cuerdas de cariño", y puede proporcionarnos un buen momento de meditación en nuestra debilidad y la misericordia de Dios, ya que su letra es muy sencilla nos puede servir como si de una jaculatoria se tratara.

Sin tu misericordia nada puedo.
Sin tu misericordia nada soy.
Señor, sin tu misericordia
nada puedo,
nada soy.



Amad mucho y celebrad con alegría la presencia de Santa María Magdalena en nuestras vidas.


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